martes, 24 de mayo de 2011

Cuando tus temores se convierten en fortaleza


Llegaron a la estética Ale y Sofía, su hija, para una consultoría en oncoimagen, ya que Ale había sido diagnosticada con cáncer de seno e iniciaría con sus tratamientos oncológicos.

He tenido la oportunidad de atender a muchas mujeres con diferentes estados de ánimo, pero ese día en particular, me llamó mucho la atención el semblante de Ale, pues proyectaba una profunda depresión. Comencé a platicar con ella y percibí que era de las mujeres amorosas que siempre están al pendiente de los demás, pero olvidándose de ella.  Durante nuestra plática, le mencioné esa gran virtud que percibía en ella y que ahora sería un buen momento para darse ese amor a sí misma y que estaba segura que todas esas personas a las que ha dado tanto, le devolverían ese amor durante esta etapa tan difícil. Ambas asintieron con la cabeza.

Uno de los mayores temores que tenía, además de la enfermedad en sí, era que su hijo de 12 años la viera sin cabello, por lo tanto, le conseguimos la peluca indicada para sus necesidades, ya que su idea era usarla todo el día.

Mientras Édgar, el estilista con el que he hecho un gran equipo para trabajar, le recortaba el cabello, me quedé platicando con Sofía y me mencionó que su mamá era una persona depresiva. Así que comprendí perfectamente la situación emocional que estaba viviendo.

Edgar y yo nos esforzamos para que pudiera llevar de la mejor manera el proceso de los cambios en su imagen y para levantarle el ánimo.

Finalmente, llegó el día en que habría que quitarle el cabello por completo, tornándose en una situación difícil ya que el impacto fue tan fuerte que estuvo a punto de desvanecerse.

Salió mucho más tranquila, ya con su peluca arreglada, pero no dejó de preocuparme su estado emocional.

Pasando algunas semanas, me comuniqué con su hija para saber cómo seguía y mi gran sorpresa fue cuando me comentó que su mamá prefirió estar en casa y con la familia, con la cabeza completamente descubierta utilizando la peluca únicamente para salir. 

Esta gran noticia me llenó de una profunda alegría pues a pesar de todo su temor y su notable angustia, Ale logró tener una gran aceptación de sí misma, de su circunstancia y el darse cuenta que aunque no tuviera cabello, sigue siendo la misma, pero además, encontró esa fortaleza que todos tenemos en nuestro interior y que a veces no sabemos que existe.

Dejó de preocuparle lo que su hijo menor pudiera pensar, pues  también influyó la reacción tan positiva que él tuvo en relación a su enfermedad, ya que le mencionó que no le importaba si tenía o no cabello, pues no dejaría de ser su mamá y él la seguiría amando igual. Por otra parte, su hija le ofreció quitarse también el cabello, pero Ale no aceptó, y sin embargo, toda esa muestra de solidaridad y amor de su familia la han hecho más fuerte.

Nuevamente llegué a la conclusión de que ante una de las situaciones más difíciles de la vida como lo es un diagnóstico de cáncer, la voluntad para encontrar nuestra fortaleza interna y el apoyo de nuestros lasos afectivos pueden ayudar de manera considerable a superar la enfermedad.

3 comentarios:

  1. bien clau, muchas felicidades!!!

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  2. Hola,Clau!! Muchas Felicidades por este proyecto tan maravilloso tu amiga Mary Claudia

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  3. MI GRAN ADMIRACION Y RESPETO OJALA Y SIEMPRE ESTUVIERA UN ANGEL TAN CERCA DE NOSOTROS
    BESOOSSSSSSS GISELA

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