lunes, 20 de junio de 2011

Cuidado del cuero cabelludo durante la quimioterapia


Durante los tratamientos oncológicos unas de las células que se ven más afectadas son las del pelo, por lo que muchas de las quimioterapias se acompañan de la caída del cabello ya que se bloquea la velocidad de reproducción de las células y algunos quimioterapicos utilizan el zinc que tiene el cabello, por lo que éste tiende a caerse.

Desafortunadamente, no hay forma de evitar esta pérdida, por lo que debes tomar en cuenta varios factores para evitar que el cuero cabelludo se dañe.

En el momento en que tu cabello comience a caer, es muy importante que lo quites, ya que los cabellos sueltos comenzarán a causar molestias y pueden llegar a ocasionar una irritación que hará más difícil el trabajo cuando tengas que quitarlo.

De preferencia, acude con tu estilista de confianza para que quite el cabello con una máquina, pero deberá ser en el mismo sentido de su crecimiento para evitar que te lastime.

Probablemente sientas picazón al principio, pero este malestar pasa en algunas horas, así que no es recomendable que rasques tu cabeza ya que puedes dañar el cuero cabelludo.

Si sientes alguna resequedad o molestia, el darle masaje por las noches con aceite de Rosa Mosqueta, te hará sentir un gran alivio, pero procura usarlo en cantidades pequeñas y por un lapso corto, o de lo contrario, tu cuero cabelludo puede tonarse graso.

Al momento de bañarte, lava la cabeza con el mismo dermo-limpiador sin jabón con el que lavas tu rostro, o puedes utilizar un shampoo para bebé.

Es importante que por las noches utilices un gorrito para dormir pues el calor corporal sale por la cabeza y podrías tener un enfriamiento.

Si decides no cubrir tu cabeza cuando estés a la intemperie, deberás usar un protector solar para evitar que tu piel se dañe.

martes, 7 de junio de 2011

La prudencia en la sala de quimioterapia


Después de su consultoría, Pili llegó a la estética para darle mantenimiento su peluca. Siempre llegaba con la energía, la actitud y el ánimo en su mejor nivel, pero ese día en particular, la noté algo decaída. Cuando empezamos a platicar, me comentó que el medicamento la hacía sentir deprimida y que tenía mucho tiempo de no sentirse así. 

Además, una de las cosas que verdaderamente la incomodaba, era que, cuando acudía a su quimioterapia, algunas mujeres platicaban historias “trágicas” de lo que habían vivido “otras” con el cáncer. Efectivamente esta era una situación sumamente incómoda para ella, pues además de estar viviendo su propia circunstancia, tenía que escuchar las de otras, a pesar de su estado emocional y de la poca tolerancia que en ese momento tenía con los comentarios poco convenientes relacionados a la enfermedad. Así que le sugerí que se llevara su equipo portátil de sonido con unos audífonos, que seleccionara la música que mejor la hiciera sentir para que ese momento en lugar de estresarla, la relajara.

En algunas salas de quimioterapia se da el tratamiento a varias personas al mismo tiempo y el procedimiento dura algunas horas, por lo que es muy común que existan charlas entre las pacientes.

Como en todas las situaciones de la vida, la prudencia jugará un papel muy importante en esta etapa.

Si eres de las personas a las que le gusta platicar con las demás y tienes alguna historia poco positiva que contar, te recomiendo que no lo hagas en ese momento, ya que así como Pili, a otras mujeres puede afectarles  y puede influir negativamente en sus emociones, en los días posteriores al tratamiento.

Si tienes la necesidad de compartir tus experiencias,  puedes acudir a algún grupo de apoyo emocional. Existen muchas asociaciones que lo dan de manera gratuita y en donde especialistas pueden ayudarte a lidiar con los conflictos emocionales por los que estés atravesando. Si tienes dudas, pregúntalas a tu médico, será la persona indicada para responderlas. 

Si  tu compañera de junto también quiere platicar contigo, háganlo, pero procuren hacerlo en voz baja para no afectar a las demás personas. Desafortunadamente y en muchos casos, a las personas les gusta magnificar los eventos, pero resulta ser muy incómodo para quienes no desean escuchar ese tipo de conversaciones.

Si estás del otro lado y quieres tomar con serenidad el momento de tu quimio, te recomiendo que hagas lo mismo que Pili, que te lleves tu equipo de sonido portátil con audífonos y puedes traer contigo un buen libro, una revista o simplemente cerrar tus ojos y darte ese espacio para descansar.

martes, 24 de mayo de 2011

Cuando tus temores se convierten en fortaleza


Llegaron a la estética Ale y Sofía, su hija, para una consultoría en oncoimagen, ya que Ale había sido diagnosticada con cáncer de seno e iniciaría con sus tratamientos oncológicos.

He tenido la oportunidad de atender a muchas mujeres con diferentes estados de ánimo, pero ese día en particular, me llamó mucho la atención el semblante de Ale, pues proyectaba una profunda depresión. Comencé a platicar con ella y percibí que era de las mujeres amorosas que siempre están al pendiente de los demás, pero olvidándose de ella.  Durante nuestra plática, le mencioné esa gran virtud que percibía en ella y que ahora sería un buen momento para darse ese amor a sí misma y que estaba segura que todas esas personas a las que ha dado tanto, le devolverían ese amor durante esta etapa tan difícil. Ambas asintieron con la cabeza.

Uno de los mayores temores que tenía, además de la enfermedad en sí, era que su hijo de 12 años la viera sin cabello, por lo tanto, le conseguimos la peluca indicada para sus necesidades, ya que su idea era usarla todo el día.

Mientras Édgar, el estilista con el que he hecho un gran equipo para trabajar, le recortaba el cabello, me quedé platicando con Sofía y me mencionó que su mamá era una persona depresiva. Así que comprendí perfectamente la situación emocional que estaba viviendo.

Edgar y yo nos esforzamos para que pudiera llevar de la mejor manera el proceso de los cambios en su imagen y para levantarle el ánimo.

Finalmente, llegó el día en que habría que quitarle el cabello por completo, tornándose en una situación difícil ya que el impacto fue tan fuerte que estuvo a punto de desvanecerse.

Salió mucho más tranquila, ya con su peluca arreglada, pero no dejó de preocuparme su estado emocional.

Pasando algunas semanas, me comuniqué con su hija para saber cómo seguía y mi gran sorpresa fue cuando me comentó que su mamá prefirió estar en casa y con la familia, con la cabeza completamente descubierta utilizando la peluca únicamente para salir. 

Esta gran noticia me llenó de una profunda alegría pues a pesar de todo su temor y su notable angustia, Ale logró tener una gran aceptación de sí misma, de su circunstancia y el darse cuenta que aunque no tuviera cabello, sigue siendo la misma, pero además, encontró esa fortaleza que todos tenemos en nuestro interior y que a veces no sabemos que existe.

Dejó de preocuparle lo que su hijo menor pudiera pensar, pues  también influyó la reacción tan positiva que él tuvo en relación a su enfermedad, ya que le mencionó que no le importaba si tenía o no cabello, pues no dejaría de ser su mamá y él la seguiría amando igual. Por otra parte, su hija le ofreció quitarse también el cabello, pero Ale no aceptó, y sin embargo, toda esa muestra de solidaridad y amor de su familia la han hecho más fuerte.

Nuevamente llegué a la conclusión de que ante una de las situaciones más difíciles de la vida como lo es un diagnóstico de cáncer, la voluntad para encontrar nuestra fortaleza interna y el apoyo de nuestros lasos afectivos pueden ayudar de manera considerable a superar la enfermedad.

martes, 10 de mayo de 2011

¿Lo digo o no lo digo?

El recibir un diagnóstico de cáncer no tiene porqué avergonzarte. En la actualidad existen muchos recursos que pueden ayudarte para conservar una buena imagen durante tus tratamientos, como el uso de pelucas, de mascadas o turbantes y trucos de maquillaje que pueden hacerte lucir muy bien.

Algunas personas que trabajan en oficina no saben si es conveniente o no mencionar que presentan la enfermedad, pero a veces es recomendable que tus compañeros de trabajo más allegados lo sepan ya que cuando te encuentras en tratamiento, en algunas ocasiones puedes necesitar de mayor apoyo o puede ser que algunos días posteriores a la quimioterapia te sientas débil y no puedas rendir igual.

Recuerda que durante este proceso tu cuerpo necesitará de tu comprensión y deberás darle lo que te pida, pues no es conveniente que te exijas más de lo que puedas hacer. Será el momento en que definas tus prioridades y te des tiempo para descansar. Aún en los días en que te sientas bien, procura no excederte en tus actividades. Acepta el apoyo de las personas que te lo ofrecen. Podrás sorprenderte de la buena voluntad que existe en las personas que te rodean y ellas se sentirán complacidas de que aceptes su ayuda.

Tus amigos o familiares estarán al pendiente de ti y considera que podrán acompañarte a tu quimioterapia o que podrán hacer algunas labores por ti, como ir de compras, algunas tareas domésticas o manejar.

Es recomendable que después de la quimioterapia anotes los síntomas que presentas, de ésta manera podrás informarle a tu médico si tienes algunos malestares y cómo te puede ayudar a contrarrestarlos.

Cada organismo reacciona de diferente manera a los tratamientos oncológicos. No olvides que los malestares serán pasajeros y que el conservar una actitud positiva te ayudará a sobre llevarlos con mayor sere
nidad.

miércoles, 2 de febrero de 2011

No todos los tratamientos Oncológicos provocan la caída del cabello

Algunas personas asocian de inmediato la caída del cabello con la quimioterapia, pero no todos los tratamientos la propician. Consulta a tu médico si tu tratamiento tendrá este efecto.


Si tu tratamiento NO propiciará la caída del cabello, este se debilitará, por lo que deberás tener cuidados especiales en él.

 Utiliza champús y acondicionadores suaves.
 Evita frotarlo bruscamente cuando lo laves y sécalo enrollando una toalla para eliminar el exceso de agua.
 Evita el uso de champús clarificantes o medicinales a menos que hayan sido prescritos por tu médico.

 Evita el uso de ingredientes que puedan secar tu cabello o irritar el cuero cabelludo como el alcohol, mentol, alcanfor o fuertes fragancias.

 El uso de tintes, permanentes o alaciantes pueden ocasionar una fuerte irritación, por lo que deberás posponerlos hasta la aprobación de tu médico.

 Es preferible que los procesos químicos en tu cabello los hagas a partir de seis meses de haber concluido el tratamiento, ya que podrás prevenir una caída acelerada o el maltrato del cabello nuevo.

 En la medida de lo posible, procura no utilizar aparatos de calor para estilizarlo como secadoras, tenazas o planchas, pero si lo requieres, utiliza el nivel mínimo de calor.