martes, 7 de junio de 2011

La prudencia en la sala de quimioterapia


Después de su consultoría, Pili llegó a la estética para darle mantenimiento su peluca. Siempre llegaba con la energía, la actitud y el ánimo en su mejor nivel, pero ese día en particular, la noté algo decaída. Cuando empezamos a platicar, me comentó que el medicamento la hacía sentir deprimida y que tenía mucho tiempo de no sentirse así. 

Además, una de las cosas que verdaderamente la incomodaba, era que, cuando acudía a su quimioterapia, algunas mujeres platicaban historias “trágicas” de lo que habían vivido “otras” con el cáncer. Efectivamente esta era una situación sumamente incómoda para ella, pues además de estar viviendo su propia circunstancia, tenía que escuchar las de otras, a pesar de su estado emocional y de la poca tolerancia que en ese momento tenía con los comentarios poco convenientes relacionados a la enfermedad. Así que le sugerí que se llevara su equipo portátil de sonido con unos audífonos, que seleccionara la música que mejor la hiciera sentir para que ese momento en lugar de estresarla, la relajara.

En algunas salas de quimioterapia se da el tratamiento a varias personas al mismo tiempo y el procedimiento dura algunas horas, por lo que es muy común que existan charlas entre las pacientes.

Como en todas las situaciones de la vida, la prudencia jugará un papel muy importante en esta etapa.

Si eres de las personas a las que le gusta platicar con las demás y tienes alguna historia poco positiva que contar, te recomiendo que no lo hagas en ese momento, ya que así como Pili, a otras mujeres puede afectarles  y puede influir negativamente en sus emociones, en los días posteriores al tratamiento.

Si tienes la necesidad de compartir tus experiencias,  puedes acudir a algún grupo de apoyo emocional. Existen muchas asociaciones que lo dan de manera gratuita y en donde especialistas pueden ayudarte a lidiar con los conflictos emocionales por los que estés atravesando. Si tienes dudas, pregúntalas a tu médico, será la persona indicada para responderlas. 

Si  tu compañera de junto también quiere platicar contigo, háganlo, pero procuren hacerlo en voz baja para no afectar a las demás personas. Desafortunadamente y en muchos casos, a las personas les gusta magnificar los eventos, pero resulta ser muy incómodo para quienes no desean escuchar ese tipo de conversaciones.

Si estás del otro lado y quieres tomar con serenidad el momento de tu quimio, te recomiendo que hagas lo mismo que Pili, que te lleves tu equipo de sonido portátil con audífonos y puedes traer contigo un buen libro, una revista o simplemente cerrar tus ojos y darte ese espacio para descansar.

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